Cuando empezamos en un nuevo puesto de trabajo siempre (o al menos en mi caso) es una lucha interna entre el síndrome del impostor y una confianza desmedida en mis habilidades.
Confianza en mis habilidades
Tengo la suerte que suelo confiar en mis habilidades como programador, pero soy consciente que en gran parte es porque siempre digo la verdad y nunca he ocultado que no sabía hacer algo (no nos confundamos con comunicar ineptitud en todo momento). La idea es que si algo no lo sabes hacer hay que decirlo inmediatamente: «No tengo claro que esto que propones se pueda hacer pero si me das un rato investigo su viabilidad». Esto teniendo en cuenta que estás hablando a nivel interno, cuando hablamos con cliente el nivel de transparencia disminuye ya que entra en juego un tema de marketing.
El sindrome del impostor
Son muchos los momentos que uno se siente muy pequeño sobretodo cuando te informas (o educas) con creadores de contenido (de desarrollo), cursos, blogs… Pero la realidad es que por mucho que sepas te vas a encontrar con situaciones en las que no sabes bien bien cómo operar.
La experiencia subjetiva de duda percibida sobre las propias capacidades y logros en comparación con los de los demás, a pesar de la evidencia que sugiere lo contrario.
Fuente: Wikipedia
También existe la posibilidad que el tiempo avanza y, a pesar que intentas evolucionar como profesional, ya sea con formación o con la práctica; es cierto que hay perfiles más jóvenes que tienen conocimiento más actualizados y capacidades más frescas. Mi capacidad de aprendizaje con el tiempo se ve limitada cada vez más.
Aprendizaje
Cómo decía el otro día, Hector Ruiz Martín (especialista en la memoria y el aprendizaje) en un podcast de Judith Tiral, Se nos da mejor aprender cosas que ya tenemos información. Nuestro cerebro es como una biblioteca que se nos da mejor adquirir libros de temáticas que ya dominamos que algo totalmente nuevo (que no digo que sea imposible, sino más difícil). De hecho nuestro cerebro no está hecho para recordar, sólo aprender las cosas que nos ayudan a sobrevivir. En este caso nuestro trabajo nos ayuda a sobrevivir ya que nos da un sustento pero lo demás nos cuesta trabajo recordar.
Conclusiones
- Manténte seguro en tus conocimientos, sabes de lo que hablas aunque dudes de los mismos.
- Aprende cosas nuevas pero pivotando a partir de las que ya sabes para consolidar tus conocimientos.
- Sal de la zona de confort para aprender cosas nuevas pero no intentes abarcar todo el conocimiento pues fracasarás.